lunes, 20 de agosto de 2007

¿Margarita, está linda la mar?

Foto: Radio Programas del Perú

Semana de cataclismos: el diferendo marítimo con Chile y, el terremoto que sacudió gran
parte del Perú.

La política internacional y menuda del Perú quedó en el closet por esta semana, a raíz del sismo de 7,9 grados Richter que remeció al país el miércoles 15.

El presidente Alan García y su gabinete ministerial reaccionaron como un resorte a los pocos minutos de producido el terremoto, que ha dejado más de medio millar de muertos, 176 mil damnificados y unas 16 mil viviendas destruidas. Las cifras probablemente aumentarán en la medida que se retiren los escombros, especialmente en Chincha, según estimó el director regional de Operaciones de INDECI, Arístides Mussio.

Las otras ciudades más afectadas, fueron Ica y Pisco y, ante el dolor nacional, el gobierno declaró tres días de duelo nacional.

La acción gubernamental se advirtió a los pocos minutos del cataclismo, con las informaciones preliminares de la desgracia. El jefe del Estado convocó de emergencia a su Consejo de Ministros donde trazaron lineamientos y un plan de crisis que el propio García lo expuso en cadena nacional por televisión.

La misma noche del sismo, salieron hacia la zona de desastre los ministros de Salud, de Vivienda y Construcción y del ministerio de la Mujer.

Al día siguiente, el jueves, como madrugando a otras brigadas, el presidente de la República y el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, llegó a Pisco con un cargamento de hospitales de campaña, un cuerpo de médicos y otros enseres y medicinas.

En la desgracia, hermanos

La furia de la naturaleza fue la única que permitió un acercamiento entre los gobiernos del Perú y Chile, pues hasta el mismo día 15, el debate áspero y belicista, especialmente en el sur, había ganado grandes titulares en los medios de comunicación mapochinos.

El jueves por la tarde se conoció que la presidenta de Chile, Michael Bachelet se había comunicado con su homólogo de Perú, para expresarle las condolencias del pueblo chileno por el terremoto, que había sacudido gran parte del país.

La reacción del Palacio de La Moneda fue también muy rápida, pero la noticia recién fue confirmada por la propia Bachelet, durante una ceremonia pública realizada a 100 kilómetros al sur de Santiago, donde inauguró una planta de energía solar.

La presidenta aceptó que en los últimos días Perú había estado en el centro de la atención de su país a raíz de la publicación de una nueva cartografía peruana que modifica unilateralmente los límites marítimos con Chile.

Bachelet fue tajante: “creo que la ciudadanía sabe muy bien que mi gobierno, junto a todos los sectores políticos, ha manifestado su firme decisión de defender nuestra soberanía y que se respeten los acuerdos internacionales vigentes que existen en materia limítrofe”.

Cuando la prensa chilena quiso conocer más detalles de las acciones presidenciales en relación al tema, Bachelet reaccionó y les contestó: “Hoy no quiero hablar más del tema. Es un día de dolor para el pueblo peruano y es por eso que me he comunicado con el presidente Alan García para expresarle mi solidaridad”, dijo.

Esta postura chilena bien puede expresarse con el título de la novela del nicaragüense, Sergio Ramírez: “¿Margarita, está linda la mar”?, que es la que mejor expresa la actual coyuntura política internacional y nacional, además del desastre natural que enluta a los peruanos.

Lo de mar, en doble sentido. Tanto por el tema internacional con Chile, como por el episodio cataclísmico que sucedió precisamente frente a las costas de Ica, mar adentro y a 45 kilómetros en las profundidades del Pacífico.

En efecto, el martes 14, un día antes del terremoto, el presidente Alan García ya había echado paños fríos al tema manifestando que el pueblo chileno no tiene nada que temer, pues la acción del Estado Peruano de llevar la controversia hasta el Tribunal de La Haya, es para poner fin al debate sobre este punto que tantos disgustos provoca.

Así como estaban las cosas nada hacía presagiar un rápido acercamiento entre Chile y Perú. Ha sido la desgracia la que ha provocado un acercamiento inusual en términos humanitarios.
Pero, nadie sabe que puede pasar en las siguientes semanas, una vez que pase el dolor y la atención internacional distraiga su interés por otros temas.

Líneas caídas

El desastre en el sur y el temor nacional tras el sismo opacó el gesto duro que tuvo el presidente García en su mensaje nacional del miércoles. Allí fustigó duramente a las empresas privadas de telecomunicaciones pues durante el episodio todas las líneas telefónicas, sobre todo de equipos móviles, quedaron inutilizadas por completo.

Hasta el jueves por la mañana las líneas seguían congestionadas en todo el territorio nacional. Sin embargo, el Internet, incluido el MSN Messenger y el Chat no colapsaron y fueron los únicos medios de comunicación en los minutos que siguieron al terremoto.

Los medios de comunicación, especialmente las radioemisoras y la televisión que tienen programas informativos, se vieron precisados a crear cuentas especiales por correo electrónico en Gmail para recibir mensajes de emergencia.

Tanta ha sido la congestión que el acceso a los teléfonos de las principales instituciones públicas y de emergencia fue imposible.

La respuesta de la empresa Telefónica del Perú, el miércoles en la noche, a través de su vocero de comunicaciones, Carlos Oviedo, no fue suficiente.

El jueves la ministra de Transportes había convocado a todos los representantes de las empresas de telefonía fija y móvil para que expliquen la razones técnicas del desastre comunicacional.

El gobierno tendrá que obligar a las multinacionales a una previsión de emergencia para que en otras circunstancias similares este fenómeno no vuelva a ocurrir jamás.