Alejandro Toledo, aún sin mascaipacha, ha alborotado el cotarro político nacional y el gobierno, herido en su amor propio, ha respondido mal y peor.
La política nacional de la semana puede ser comparada como un campo minado, típico territorio comanche, donde el que saca la cabeza es herido o cae muerto. Los escenarios convulsionados van desde Palacio de gobierno, pasando por el Congreso, el sector Salud y, nuevamente, las comunidades campesinas del oriente y centro del país.
La macana guerrera fue lanzada primero por el ex Presidente Alejandro Toledo, quien el fin de semana criticó agriamente al gobierno del Presidente Alan García, al que acusó de ser responsable de la inflación que afecta a los peruanos y amenazó con convocar movilizaciones si el Presidente no deroga los decretos legislativos sobre las comunidades campesinas.
Toledo estaría pensando desempolvar la mascaipacha y ceñírselo nuevamente, en una pose que sus críticos le han dicho que estaría pensando en las elecciones del 2011. Sin embargo, al margen de las simbologías andinas, las críticas a García, son de fondo, en materia económica y política.
Gobierno con los ricos
El líder de
Alborotado y herido en su amor propio, Alan García no tardó en responder. El martes, desde Palacio de Gobierno, se pronunció en una nota casi telegráfica y difundida en todos los medios de comunicación.
El cruce de lanzas y flechas, altamente mediática, alteró la política nacional, en medio de las protestas de los médicos, la amenaza de huelga general nacional de los transportistas de carga pesada e interprovinciales (demandas que las han publicado en dos diarios de cobertura nacional) y el pandemonium que se puede presentar en las próximas semanas si el gobierno no atiende los reclamos de los cocaleros del centro del Perú.
El laconismo empleado por García en su respuesta a Toledo enfatiza que se debe evitar respuestas erróneas al problema de la inflación y afirmó que no habrá control de precios, subsidios ni aumento de sueldos.
Sin embargo, analistas de diversas profesiones le han recordado al Presidente aprista que precisamente los problemas enumerados corresponden a los traumas de su primer gobierno, y nadie le ha pedido tamaña insensatez. Eso es politiquería de García, sostiene Jurgen¨Schuldt.
Le recordaron también que la cifra (8%) sobre reducción de la pobreza durante los dos primeros años de mandato, no es cierto. Jürgen Schuldt, de
Tanto Schuldt como Francke sostienen que el texto difundido el martes último por García no tiene propuestas y se limita a sólo a pedir que la población tenga más optimismo, cuando en realidad lo que se requiere es mayor liderazgo y confianza.
Otros analistas políticos van un poco más. Dicen que el Presidente García cree firmemente que su política económica va por buen camino, y que no habría nada que variar. Y, a aquellos que alzan la voz y reclaman al gobierno, rápidamente cree él que es por subsidios, control de precios o simples aumentos de los trabajadores del Estado.
Nelson Manrique, por ejemplo, aseguró que el comunicado del martes publicado por el presidente García son solo “buenos deseos”. El bienestar de la población depende del cambio de modelo económico, no de buenos deseos, sostuvo.
Pero, sobre la política económica hay muchos otros entendidos en la materia que le han dicho al presidente García que hay que apuntalar la reforma del Estado para tener un aparato público más eficiente y transparente.
También le han manifestado que el sector Salud, en estado calamitoso requiere urgente atención y, que con el sector Educación, no sólo debe haber bronca con los maestros del Sutep o entregar computadoras en las zonas altoandinas, donde ni luz eléctrica existe.
Todos estos factores son los que le han pasado la factura al gobierno en sus niveles de impopularidad. Ya en agosto último, un estudio de CPI registró que la aprobación presidencial se había reducido en 12 puntos y la mayoría de ciudadanos pedía a gritos manejar la inflación y generar más puestos de trabajo.
La impopularidad presidencial a nivel nacional iba en ascenso. El 71.8% desaprobaba la gestión del gobierno aprista. En Lima, la principal plaza de García, la gente lo desaprobaba en un 65%.
Protesta de médicos
En medio de esta batahola, los médicos del Ministerio de Salud también han sacado sus flechas y al primero que le han disparado es al ministro del sector, Hernán Garrido Lecca, a quien no sólo no quieren ver sino si no, además, han pedido al gobierno que le tramite su renuncia.
El doctor Julio Vargas
En realidad, el tema en el sector es para llorar. Actualmente existen en el país 7,011 hospitales, centros de salud e institutos públicos, de los cuales, según cifras oficiales, el 28% estaría sufriendo una situación de crisis. Hasta los propios médicos se infectan ante la falta de equipos de protección, denunciaron los galenos.
Y, para continuar la preocupación de la semana, los diversos gremios de Huanuco conjuntamente con los cocaleros de la zona han dado un plazo de 72 horas al gobierno para que atienda sus demandas, o de lo contrario, iniciarán un paro indefinido. ¿Haber que le dirá el gobierno a los 5,000 cocaleros de las provincias de Leoncio Prado y el Marañón?
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